Hoy, domingo 10 de marzo de 2013, se cumplen 20 años de la desaparición de los trenes de pasajeros de larga distancia que ofrecía la extinta empresa ferroviaria estatal Ferrocarriles Argentinos.
Con el cese de servicios de los trenes de pasajeros de larga distancia, comenzó el declive y hasta -en algunos casos- la desaparición de muchos pueblos en distintas provincias argentinas.
Este lamentable hecho, marcó un auténtico "Ferrocidio", tal el título del libro del autor, historiador y trabajador ferroviario Juan Carlos Cena.
A continuación, reproducimos una nota periodística referida a este lamentable aniversario, publicada en el diario "El Libertador" de la ciudad de Corrientes el pasado 6 de marzo de 2013:
Hace 20 años Corrientes se quedaba sin ferrocarril
06/03/2013 | El próximo domingo
se cumplirán dos décadas de aquel fatídico 10 de marzo de 1993, donde
Corrientes, al igual que gran parte del país, quedó sin el servicio del tren
que representaba un motor esencial para el desarrollo.
El domingo se
cumple un nuevo aniversario de la desaparición del servicio ferroviario.
Pasaron casi 20 años cuando el 10 de marzo de 1993 Corrientes, al igual que
gran parte del país, quedó sin ferrocarril y con él, miles de familias
trabajadoras que habitaban cientos de pueblos del Interior quedaron
prácticamente incomunicados y sin posibilidad de desarrollo.
Tren "El Correntino" partió por última vez
de la Estación Corrientes hace dos décadas
y no volvió a regresar
Esa fecha marcó un antes y un después en la historia, dada la importancia a
nivel social, económico y productivo que significaba la presencia de una red
férrea activa en localidades que fueron creciendo y fundándose a la vera
de las vías.
El anuncio lo realizó hace dos décadas el titular de Ferrocarriles Argentinos
(FA), Ignacio Ángel Ludueña, en una conferencia de prensa realizada en el
Palacio de Hacienda, acompañado por el subsecretario de Transporte Automotor,
Elio Cipollatti, y el director nacional de Transporte Ferroviario, Roberto Pía.
La Capital no
escapó a ese impacto, dado el corte en la comunicación y trasporte que provocó
el cese del servicio del tren.
En ese día, la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos deja de brindar los
servicios de larga distancia y en las provincias debieron hacerse cargo
del trasporte de pasajeros, pero solo La Pampa, Buenos Aires y Río Negro aceptaron el
desafío. Corrientes dijo no, y con ello marcó el inicio de una etapa de
deterioro y atraso. Cientos de pueblos dependían del paso del tren porque
sus comunidades lo utilizaban como medio de trasporte para trabajar y estudiar.
Cuando desapareció el tren, con él fueron muriendo económica y socialmente,
porque las vías eran como venas y arterias que llevaban vida a cada rincón del
territorio.
Varios sectores que se vieron afectados por la desaparición del servicio del
tren El Correntino que llegaba a la ciudad, se sumaron al olvido, al llamado
Ferrocarril Económico, que hoy día tiene parte de su maquinaria y vagones en
exposición en la plaza de Santa Ana. Vestigios del abandono están presentes en
la estación local por avenida Maipú, donde en el presente sólo funciona como
terminal de ómnibus. En la parte de atrás, se pueden observar el deterioro de
la infraestructura ferroviaria, los galpones abandonados y el desmantelamiento
del material rodante.
Como consecuencia de aquella desaparición del tren, podría mencionarse también
a cientos de familias que perdieron sus fuentes de trabajo, pueblos aislados,
incomunicación y desigualdad social; terrenos abandonados, estaciones que hoy
son utilizadas como casas de familias, la pérdida de talleres ferroviarios y la
desventaja de no contar con una opción de transporte económica y segura.
CONSECUENCIAS
La desaparición del tren a nivel ciudad, provincia y en gran parte del país sin
dudas provocó los hacinamientos en las grandes ciudades, dado que las
poblaciones más remotas tuvieron que movilizarse a los centros urbanos en busca
de una fuente de trabajo, ya que muchas familias dependían del tren para
subsistir.
A todo esto hay que sumarle un elevado costo del flete en el transporte de carga
por camión, que influye directamente en los productos que consumimos. Además,
existe una creencia generalizada y errónea de que ya no es posible reactivar
los ferrocarriles, y cuando hay propuestas en pos de resucitar el servicio
ferroviario, muchos lo ven como una opción inviable. El LIBERTADOR salió a la
calle a consultar a las personas y muchas de éstas aseguraron que la presencia
del tren era fundamental para el desarrollo productivo, económico y social de
la ciudad y la provincia, pero, a su vez, no creían posible que el tren vuelva
a resurgir desde sus cenizas.
Hoy en Corrientes sólo se cuenta con un transporte automotor deficiente y
con tarifas que para muchos son abusivas, pero son la única opción para el
traslado de pasajeros en forma colectiva.
El domingo se cumple un nuevo aniversario del día en el que el Ferrocarril
General Urquiza, que tenía a cargo el servicio de trasporte ferroviario desde
Corrientes hasta la Estación
Lacroze en Buenos Aires, dejó de funcionar y la locomotora El
Correntino Nº 603-604 se fue de la ciudad y no regresó.
FUENTE: Sitio en Internet del Diario "El Libertador" de Corrientes