El film de Julio Ignacio Basombrio es de fines de
1970 o inicios de 1971, ya que se ven los 2 vagones iguales, que eran vagones
de carga del ferrocarril norteamericano Santa Fe, utilizados para el transporte
de caliza y reformados 70 años después para el transporte de 60 personas cada
uno. La locomotora era una Orenstein und Koppel tipo 0-8-0, es decir, sin
ruedas libres adelante, con 8 ruedas conectadas a la tracción a vapor, y sin
ruedas libres atrás.
Tenía, después de la caldera y la cabina del
maquinista, una caja para la leña.
Escondido arriba, al lado del tanque de agua, se le
había instalado un grupo electrógeno 2 cilindros de 5 KW, con el que se
alimentaban todos los servicios eléctricos, entre otras cosas el amplificador
para el guía, 2 faros de aterrizaje de avión Mazda de 300W a 24V, y 20 faros de
Torino, a 12 V, dispuestos atrás y adelante, que permitían realizar viajes
nocturnos.
El trazado de 6 kms. tenía en total 5 cambios, partiendo
desde el actual "Paseo ConCiencia" marcha atrás, y haciendo los
tramos pares hacia adelante. La trocha era angosta, de 1000 mm. La leña
inicialmente era de retazos de algarrobo proveniente de la fábrica de platos
para asado de Lendaro, de Valle Hermoso. El costo era 800 pesos la tonelada.
Posteriormente, por exigencias de los socios se
comenzó a utilizar madera de peor calidad proveniente de unos campos en Cruz
del Eje, del propietario del tren, que poseía también las vías y las canteras.
El precio paso a ser 5600 pesos la tonelada.
Hacia falta un metro cúbico de leña por viaje, unos
700 kgs. Se necesitaban 4000
litros de agua para hacer un viaje. Antes del primer viaje
de la mañana, se precisaban casi 4 horas para llegar a obtener el vapor
necesario para partir.
Raucho Paladini, que administraba el Select Hotel,
actual Paseo ConCiencia, después de 5 años de proponer el emprendimiento de
hacer renacer el tren con fines turísticos, logro convencer a los propietarios
haciendo un contrato donde él se hacia cargo del 100% de las eventuales
perdidas, en caso de que las hubiera, y en caso de ganancia tendría el 24% de
las mismas.
Todo el trabajo fue por su cuenta y riesgo. El
cálculo era que, llevando 100 personas por día, la actividad seria
suficientemente redituable y sostenible en todo sentido.
Dos días después de la llagada de Amstrong a la luna,
el 22 de julio de 1969, gracias a la ayuda contemporánea del único camión y del
único tractor de la municipalidad, prestados por el entonces intendente Nicolás
Bruno, y usando palancas especiales de 4,5 metros de largo, la
locomotora de 40 toneladas ya prácticamente soldada a los rieles con oxido
después de mas de 30 años detenida, fue movida del deposito donde había estado
parada, y espiada a través de agujeritos del viejo portón por todos nosotros
cuando éramos chicos.
Según me contó el Prof. Ferreiro alguna vez, él
también había conocido la locomotora a través de esos agujeritos, cuando era
chico y pasaba sus vacaciones en Valle Hermoso.
Comenzaron los trabajos. Un manual de mantenimiento
de la locomotora, encontrado en Cruz del Eje, fue suficiente para poder
restaurarla inclusive con los colores y decoraciones originales.
La cuadrilla de operarios del ferrocarril,
provenientes de Cruz del Eje, trabajaron restaurando el trazado de vías, y
sustituyendo en los 6 kms. solamente 6 durmientes. Todos los demás estaban en
perfectas condiciones. Otros 4 kms. en la parte alta no fueron restaurados.
Había un proyecto para llegar a la cascada de Olaen con el tren, prolongando el
trazado.
Sólo 5 meses después del inicio de los trabajos, a
fines de diciembre de 1969, se realizó el primer viaje. Al inicio el tren
llevaba uno sólo de los vagones que se ven, y un vagoncito mas corto,
originalmente tranvía a caballos, que desde el punto de vista técnico era
demasiado liviano para ser estable.
El puente sobre el río, y la caldera de la
locomotora, que eran los puntos críticos desde el punto de vista de la
seguridad, eran revisados cada mes por técnicos del ferrocarril del Belgrano y
del Mitre de Córdoba.
El maquinista, un riojano con 30 años de experiencia
en trenes de montaña de Mendoza, ya retirado, tenía licencia para conducir
trenes a vapor, diesel, y eléctricos.
En los mejores momentos, ya con 2 vagones como se ve
en el video, se llevaron 120 personas en cada viaje, y se llegaron a hacer 5
viajes por día.
El costo da la entrada había sido establecido al
mismo precio del de la aerosilla de Carlos Paz, que había abierto unos 5 años antes,
con la diferencia que esta excursión duraba una hora y media. Arriba se bajaba
del tren y se hacían 150 mts. de túnel a pie, iluminado con lámparas a
kerosene, hasta la cantera 4 -la más grande-.
El Expreso del 900 comenzó a ser conocido a nivel
nacional, y se iniciaron contactos para hacer en el predio un museo de
ferrocarriles, con locomotoras y vagones que hicieron la historia del ferrocarril
nacional, en su momento uno de los más importantes del mundo.
Pero en 1972, frente a irreparables problemas entre
los socios, Paladini tuvo que abandonar el proyecto del tren, y también el
Select Hotel, que había sido administrado por la familia desde hacía más de 30
años.
El tren funcionó unos 10 días más, conducido por un
chofer de camión. En pocos meses, fue definitivamente detenido, levantadas las
vías y cortada a pedazos la locomotora, para ser vendida a un chatarrero.
También la otra locomotora fue vendida como chatarra.
El Hotel quedó abandonado por más de 20 años, hasta
que el profesor Osvaldo Ferreiro lo adquirió y creó lo que es hoy el Paseo
ConCiencia.
Mi padre me cuentó que cuando estaba todo listo, él
salió a buscar algún modo de promocionar el acontecimiento. Volviendo de La Falda, se cruzó con un Fiat
600 de Canal 12 de Córdoba, manejado por un joven Gustavo Toby, que estaba ahí
por otro motivo. Lo detuvo y le dijo que lo siguiera si quería hacer una buena
nota. En esa época no se conocían, y no imaginaban que iban a terminar
parientes. Toby hizo la nota, que salió en Canal 12 de Córdoba, y también en Canal
13 de Buenos Aires.
El Dr. Ferreiro me contó que él estaba por almorzar
cuando vió la nota, y, habiendo conocido el tren de chico, no lo pensó dos veces,
se levantó de la mesa y se tomó el primer tren para Córdoba, para poder asistir
al viaje inaugural. Mucho tiempo después adquirió el predio e hizo el Paseo
ConCiencia.”