sábado, 26 de noviembre de 2011

El nacimiento de la Estación Guernica (Ferrocarril Roca)

Guernica es la ciudad cabecera del distrito de Presidente Perón, en la provincia de Buenos Aires.

El 18 de Mayo de 1934, la Sra. Matilde Díaz Vélez presentó un proyecto al Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires para que en los terrenos de su propiedad, hasta entonces conocidos como campo de La Yaya, tenga lugar la fundación de un nuevo pueblo con el nombre de Guernica.

Hasta entonces también, dicho lugar era llamado, parada KM. 32.474 de la línea a Tandil, del Ferrocarril Sud, luego Ferrocarril Roca.

Se realizaron los estudios y relevamientos correspondientes y el 16 de agosto de 1935 el Poder Ejecutivo provincial aprueba el proyecto de creación del pueblo. 

 Foto de la antigua Estación Guernica

En el año 1940, la parada del Ferrocarril Sud fue denominada con el nombre de López Camelo, considerado como completamente ajeno al pueblo. 

 Plano de los años '40, donde se puede ver
a la Estación Guernica cuando se llamaba
López Camelo

Luego de una serie de trámites llevados a cabo por la antigua propietaria de las tierras, tendientes a que la estación ferroviaria lleve el mismo nombre del pueblo, es que por resolución de la Dirección de Transporte dictada el 20 de marzo de 1948, se designa a la estación con el nombre de Guernica.

 En 1948, luego de intensas gestiones, 
se logra que, al igual que el pueblo, 
la estación se denomine Guernica.
 

FUENTE: Semanario "Al Sur" -suplemento especial editado con motivo del primer aniversario del Distrito de Presidente Perón- noviembre de 1996.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Qué es el "Ferrocoleccionismo"?

El término “ferrocoleccionismo” es tal vez un término inédito en el idioma castellano, aunque en inglés existe una palabra que nucléa lo que nosotros queremos expresar y es Railroadiana es decir el coleccionismo de objetos relacionados con la actividad ferroviaria.

Mucha gente está fascinada por los trenes. En un tiempo los ferrocarriles formaban parte de las actividades cotidianas de la gente,  desde tomar el tren para concurrir a su trabajo, o sus destinos de vacaciones, hasta enviar encomiendas o mercaderías a todo el país.

Hoy los ferrocarriles son aún parte importante de la vida económica del país tanto en el transporte de cargas a granel y por contenedores, como en el transporte urbano de pasajeros, pero la gloria y el glamour de aquellos dorados años en que las locomotoras de vapor eran las reinas de la vía han pasado al recuerdo.

Una de las formas de recordar  aquellos tiempos idos, es coleccionar objetos y artefactos que formaron parte de los ferrocarriles y que han logrado sobrevivir al paso de los años. 

La mayoría de las líneas ferroviarias, fueron enormes empresas privadas y públicas que empleaban un número muy grande de personas en sus actividades, y que requerían importantes cantidades de material y equipo para funcionar.

Muchos de estos materiales y equipamiento, tales como coches, vagones, locomotoras, y edificios son objetos de colección solamente para instituciones dedicadas a su preservación y operación, y a un pequeño número de particulares cuyos recursos económicos se lo permiten.

Los objetos pequeños tales como faroles, papeles, vajilla, o llaves son mas apropiados para coleccionarlos en forma personal, y es por eso que estas curiosidades ferroviarias que podríamos llamar, parafraseando a su homónima inglesa “ferroviana” o “ferrocarrilia” se pueden obtener a través de remates, casas de antigüedades, ferias o de gente que se desprende de ellas.

No existe una forma fácil de categorizar estos objetos. De hecho los objetos asociados con el ferrocarril ocupan una extensa lista y de difícil clasificación. Sin embargo, aquí les ofrecemos una pequeña lista de los más populares  ítems, para que los coleccionistas puedan así proceder a su clasificación.

Una primera gran selección nos permite dividir los pequeños objetos coleccionables en los siguientes grupos: a) Papelería; b) Llaves y candados; c) Vajilla de porcelana y vidrio; d) Jarras, bandejas y cubiertos; e) Boletos y pases; f) Uniformes e identificaciones; g) Postales; h) Lámparas  y faroles; i) Chapas esmaltadas y de metal; j) Aparatos de comunicaciones y señalamiento. k) Relojes y cronógrafos.

Como podrá observarse, esta lista es meramente enunciativa y se puede ampliar aún más.

Papelería

Una inmensa variedad de papeles de distintos tipos fue (y es) usada por los ferrocarriles. Podemos mencionar como ejemplos: horarios al público, los que informan a los pasajeros los itinerarios de los trenes; horarios de los empleados, los cuales sólo son de uso de los empleados, guías de viajeros que publicaban las empresas para fomentar el turismo a las regiones donde llegaba el tren; carteles publicitarios; menús de coches comedores; formularios para el despacho de cargas, de telegramas, de pedido de vía libre, en general de uso interno; folletos promocionando alguna actividad relacionada con el tipo de producción de las zonas por la que atravesaba el ferrocarril; papel de carta y cientos de fórmulas más. Aunque estos impresos fueron realizados en cantidades relativamente importantes, la natural fragilidad del papel, combinada con la tendencia de usar la cara no impresa para papeles de tipo borrador,  la comercialización que se hizo de los archivos existentes, y el tiempo transcurrido, hacen que una gran variedad de estos formularios sean realmente muy difíciles de encontrar.

Horario de trenes del
Ferrocarril Oeste (año 1883)

 Otra importante vertiente son los planos ferroviarios, ya sean de material rodante como de estaciones y obras. Existen originales en tela y copias que según su antigüedad pueden ser azules, heliográficas y las más modernas que son realizadas en forma fotostática. Todas tienen valor y su importancia varía según hayan pertenecido a ramales levantados o ferrocarriles de la era pre-nacionalización los que suelen ser más escasos.

 Plano vagón tanque
Ferrocarriles Argentinos (año 1978)


Llaves y candados

Desde los primeros días de las operaciones ferroviarias, la seguridad de bienes y personas están íntimamente ligadas entre sí. Un cambio mal alineado o una señal sin iluminación debido a la acción de vándalos pueden convertirse en una catástrofe de consecuencias inimaginables. Por esa razón las compañías ferroviarias usaron candados y cerraduras de diversos tipos para resguardar la seguridad de sus instalaciones físicas. Algunos coleccionistas se especializan en juntar llaves y candados ferroviarios, particularmente aquellos que tienen grabados monogramas o iniciales ferroviarias. El interés en estos artefactos tiene al menos dos razones, una de ellas está vinculada con la seguridad, factor que acompañó el desarrollo del ferrocarril desde sus orígenes, y el hecho de que tanto los candados como las llaves posean marcas que los identifican con el ferrocarril hacen que sean objetos coleccionables “de por sí”. La otra razón es que debido a que muchos tipos de candados están hechos de bronce para resistir mejor la corrosión, y que fueron realizados hace muchísimos años, con los ornatos que en esa época eran habituales, los convierten en bellas piezas de decoración. Mas tarde los ferrocarriles comenzaron a usar candados realizados en acero, que si bien no son tan atractivos como los de bronce constituyen también bellos ejemplos de piezas de colección. 

 Candados y llaves


Boletos y pases

Hoy existen coleccionistas que se especializan en algunos papeles en particular como pueden ser horarios y boletos. Ellos aprecian estos objetos como una forma de visualizar el complejo funcionamiento del ferrocarril y valoran tanto la antigüedad, como los destinos más recónditos. En los Estados Unidos y algunos países de Europa, en especial Gran Bretaña, hay habitualmente remates de boletos especialmente los de cartón conocidos como tipo “Edmonson”, los que a veces debido a lo raro del ejemplar se venden en subasta a precios elevados.

Boletos ferroviarios 
(Tipo Edmonson)

Pases ferroviarios


Lámparas y faroles

Una gran variedad de aparatos de iluminación fueron usados por las empresas ferroviarias. 
Pueden ser clasificarlos en dos grandes categorías: Faroles de Señales, y Lámparas y Faroles de mano. Los primeros generalmente cilindros de metal con una agarradera superior rebatible, y uno o dos lentes, tenían una construcción sólida que les permitía estar ubicados a la intemperie soportando todo tipo de inclemencias climáticas. De estos faroles tenemos por ejemplo, los de señales, ubicados en lo alto de los postes de señales. Tenían una lente grande orientada hacia la señal la que iluminaba el vidrio coloreada de la misma, y una más pequeña que se veía desde la estación y permitía saber la posición del brazo de la señal. También podemos incluir dentro de esta clasificación a los faroles de cola que estaban colocados en los vagones de cola de los trenes y que tenía dos grandes vidrios coloreados de verde el que iluminaba hacia el lado de la locomotora y rojo el que quedaba orientado hacia la cola del tren. Tanto los faroles de barrera como los que señalaban los cambios entrarían dentro de esa sub-categoría.

Entendemos como Faroles de mano, aquellos faroles de tamaño más pequeño y menor peso, que poseen un asa generalmente lateral y una manija o aro superior en el caso de las de Guarda, y que estaban preparadas para emitir luces verde, roja y blanca, según fuera necesario. También había algunas que emitían solo luz blanca y que eran utilizadas  por los maquinistas y por los revisadores de vehículos como linternas en su tarea habitual.

Los demás artefactos de luz tales cómo faroles de andén, de escritorio y otros por el estilo entrarían dentro de esta categoría.

Estos faroles tenían un mechero que era alimentado por kerosene y más tarde y en algunos casos fueron reemplazados por luces eléctricas o de batería.

Con el correr del tiempo los guardas tuvieron linternas de señales que tenían batería, y que emitían luces para efectuar señales de colores verde, roja y blanca.

Todas estas luminarias, tenían diversas procedencias y es habitual encontrar de origen británico, norteamericano, francés, belga y también de origen argentino las que fueron construidas o reconstruidas en los talleres ferroviarios argentinos.

Vajilla de porcelana y vidrio

Durante la era dorada de los trenes de pasajeros y hasta la época de los importantes expresos de Ferrocarriles Argentinos, los ferrocarriles hicieron importantes esfuerzos para que los viajes resultaran para el pasajero una experiencia agradable. El servicio ofrecido por los coches comedores, era parte de ello, y las confiterías ubicadas en las terminales y las más importantes estaciones, también formaban parte de la imagen corporativa de las empresas. La vajilla representa una parte importante de esta imagen, y es lógico que su monograma figurara en ella.
Habiendo transcurrido muchos años desde la nacionalización de los ferrocarriles y 18 años desde la supresión de los servicios de larga distancia, hoy es difícil encontrar piezas de la primera época, debido principalmente a que por el uso se fueron rompiendo y fueron reemplazadas por otras con los nuevos nombres de los ferrocarriles.

Podemos suponer que entre los fabricantes de las piezas de la era pre-nacionalización se encontraban firmas británicas y francesas, pero no es fácil confirmarlo.

Las piezas de porcelana eran principalmente platos y tazas, mientras que entre las realizadas en vidrio había vasos, jarras y botellones, y algunas otras piezas de servicio.

Jarras, bandejas y cubiertos

Para acompañar la vajilla de loza y porcelana usada en los coches comedores existía una amplia variedad de recipientes tales como teteras y cafeteras, azucareras, compoteras, bols, fuentes de todo tipo, baldes para hielo, y hasta palilleros, que conjuntamente con los distintos tipos de cuchillos, tenedores y cucharas conformaban una interesante variedad de cubiertos en general confeccionados en metal plateado (alpaca) que son atesoradas por sus poseedores. Estas piezas tienen elaborados ornamentos que reflejan una época y es interesante ver grabados en ellas distintos tipos de iniciales de las diferentes empresas ferroviarias.

Uniformes e identificaciones

Diversos tipos de uniformes se podían apreciar en la actividad ferroviaria. Desde los tradicionales trajes grises de los guardas  y los de color azul de los inspectores, pasando por la indumentaria de los “catangos” -en la jerga ferroviaria, se denominaba con el apelativo de "catangos" a los obreros ferroviarios que trabajaban en "Vía y Obras"-, hasta los mamelucos de color verde de los maquinistas conformaron el ropero de los ferroviarios. Pero tan importante como la ropa, era la prenda que cubría su cabeza, la famosa gorra.

Incorporada a la gorra y como todo un símbolo estaban las chapas de bronce esmaltadas que identificaban los distintos cargos que investían sus poseedores. Desde las de Inspectores Nacionales, Guardas, Señaleros, Guardabarreras, hasta las más humildes de "Changarines" -eran quienes  transportaban los equipajes de los pasajeros- la diversidad de nombres evocaba la innumerable cantidad de oficios ferroviarios.

Todas estas son también piezas que pueden conformar una colección en sí mismas y tiene un atractivo muy particular.

FUENTE: Asociación de Coleccionistas de Curiosidades Ferroviarias

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sabías qué?


... el 6 de noviembre de 1985 -hacen ya 26 años- la empresa Ferrocarriles Argentinos inauguraba de manera oficial los servicios electrificados de trenes de pasajeros de dos ramales suburbanos de la Línea Roca: Los servicios de Plaza Constitución -estación cabecera en la Capital Federal- a Ezeiza, y a Glew.


En dicha fecha corrió un tren especial entre las estaciones Plaza Constitución - Avellaneda, y regreso. A bordo de la formación ferroviaria viajó la comitiva oficial incluyendo al Presidente de la República de ese entonces.
Para tan importante acontecimiento, la empresa Ferrocarriles Argentinos -que era quien operaría el nuevo servicio de trenes eléctricos- emitió boletos especiales -tipo Edmonson-. A continuación, presentamos dicho boleto -anverso y reverso-.

  Boleto especial, viaje inaugural
-anverso-


 Boleto especial, viaje inaugural
 -reverso-



Una formación del tren eléctrico 
en el Depósito de Alistamiento, en Llavallol